Érase una vez, cuando luego de amar a ciegas, luego de dar todo por el todo, luego de confiar en contra de pronósticos; “ingenious” Se vio allí tirado en pedazos. Casi sin vida, Casi hecho polvo.
No podía explicarse como, solo podía verse desde un rincón. Rompió en llanto envuelto en la desesperanza. Lo poco de fuerza que le quedaba iba menguando con el paso de cada lágrima por sus mejillas. En un momento pensó en dejarse morir; en que ya había vivido todo y ese todo era en vano, en que ya no había más camino por recorrer.
Luego de quedarse dormido por la falta de fuerzas de tanto llorar, despertó chocándose nuevamente cara a cara con su realidad. Con la mirada perdida en el horizonte y con el dolor incrustado muy adentro pensó en voz alta: “No quiero darte el gusto de verme desaparecer, de ver cómo las aves de carroña terminan con lo poco que dejaste de mi”. Convirtió su dolor en coraje, de donde saco fuerzas para arrastrar y juntar sus pedazos. Estaba decidido, se incorporó como pudo. En sus ojos se reflejaban los sentimientos mas negativos que equivocadamente pensó, eran los mejores. El odio, la rabia, la desconfianza pero también la vergüenza se veía presente y sin embargo, extrañamente, no tenía el deseo de venganza. Sin darle mas vueltas al asunto, busco y encontró todo lo que necesitaba. Comenzó a juntar sus pedazos, a armarse cual rompecabezas. Esta vez debía asegurarse de que no le vuelva a pasar. Usó los mejores materiales, los más dispendiosos, los revestidos, los que eran a prueba de bala, de filtración, de aire, de sentimientos. Quería terminar cuanto antes para no preocupar con su ausencia a los demás. Grande, muy grande fue su sorpresa cuando no encontró lo más importante. Su corazón. El Corazón de Ingenious había desaparecido tal vez se hizo polvo y el viento hizo su trabajo. Volvió a pensar en voz alta: “De que me sirve el corazón si es el culpable de que esté como estoy ahora, no me sirve y no me importa”, dijo, continuando en lo suyo.
Cuando terminó; el trabajo hecho era increíble, se había encargado de dejarse un semblante como pocos, saludable, una actitud muy amable y lo que más resaltaba al mirarlo era esa cálida y amistosa sonrisa. Por último, para que no se le escape ningún detalle, uso su desconfianza y con ayuda de una fórmula fabricó una capa con la cual se cubrió sin vacilar ni bien la terminó a sabiendas de que seria muy difícil de quitar.
El trabajo estaba hecho, nadie sospecharía que realmente por dentro no sentía ni frío. Ingenious continuó con su vida, en una actitud de autodefensa. Sonreía cuanto podía para los demás, pero a solas se hundía en lo mas profundo de su ser. Quizá buscaba como acomodar el desorden que habían dejado dentro, quizá solo se preguntaba donde había quedado su corazón.
Los días pasaron, los meses volaron y algunos años se despidieron con tristeza de él.
Un día, al salir como siempre a disfrutar del aire fresco de la mañana, coincidió en el camino con un Hada (si una de esas Hadas que encuentras en los cuentos). Era linda, dulce, y lo trató con mucho cariño desde el primer saludo. Solo un poco de tiempo y unas cuantas palabras bastaron para que ella se de cuenta que esa sonrisa era pintada, sintió una mezcla de pena y ternura. Lo quiso desde ese instante. Hizo cuanto pudo para hechizarlo, lo invito a compartir su palacio, viajar a donde quisiera con solo desearlo, a compartir las mil maravillas que ella tenia guardadas pero tristemente no lo logró. El tiempo no había logrado ablandar su nueva armadura. Ella se alejo apenada y se perdió en la distancia.
Luego, pasó por su pueblo una Reina. Joven y bella. Logró verlo a lo lejos sentado a orillas de un río disfrutando del sonido de la naturaleza. Esta se intereso en Ingenious, no le importó que fuera tan común como un poco de gras dentro de un enorme jardín. Llegó intentando instalarse en el corazón de Ingenious, pero como hacerlo si supuestamente él no lo tenia? Trató de comprar su amor le ofreció castillos, le ofreció un trono, le ofreció su vida pero al escuchar tanto ofrecimiento él, ahora sonreía fríamente sin decir nada, solo retrocedía. Era la capa. La desconfianza lo estaba haciendo retroceder, lo hacia ser menos amable con esta Reina que solo lo quería por lo que era. Ella cansada, al igual que el Hada, se alejó y desapareció.
Ingenious en su soledad añoraba un abrazo, añoraba sentir el calor que antes habitaba en el y que habían matado y desaparecido. Pensó en el Hada, pensó en la Reina, en lo feliz que tal vez podría haber sido. Creo que en el fondo él habría querido ir con una de las dos, pero nunca lo sabremos por que no lo dijo. Lo que sentía se lo guardo.
Que tenia Ingenious que despertaba el interés de un Hada y el de una Reina? No lo se y era lo mismo que se preguntaba él.
Una noche toco a su puerta “Luna”, era una foránea (y mira que tenía suerte Ingenious), ella era linda y dulce como la miel. Viajaba con Azahara una pequeña de tres años, era su hija. La carreta en la que viajaban se les había malogrado y pidieron posada. Él, amablemente les ofreció un ambiente en la casa. Les ofreció chocolate caliente y unos cuantos panecillos.
El ambiente que les ofreció era su habitación. El durmió en uno de sus muebles en la sala. A la mañana siguiente, cuando despertaron ya todo estaba listo para el desayuno. Es que el era así, atento, amable y generoso. Se sentía tan bien de tener con quien compartir lo poco que tenia.
En el transcurso del día y luego de conversar con luna, se enteró que era madre soltera y viajaban en busca de su comunidad. Ellas eran gitanas. Ese día no pudieron viajar. La carreta aun no estaba lista, lo cual dio más tiempo a las gitanillas para seguir alegrando el día de Ingenious y para (sin saber y sin querer) hacerle notar algo. El anfitrión se partió en tres: arreglaba la carreta, hacia la comida y jugaba con Azahara (que por cierto, era muy despierta para sus tres cortos añitos, linda como la madre. Ambas tenia un ángel que logró capturarlo).
Al tercer día, la carreta estaba lista, ellas deberían continuar su camino y él debería retornan a su soledad. Luego de convencer a Luna, decidieron que el viaje lo retomarían al día siguiente muy temprano. Esa noche sería diferente para el amable anfitrión.
Ya acostado en el mueble se puso a pensar en que no habría otro desayuno en compañía, no mas risas sinceras, no estaría Luna y ya no habría una campanita correteando por todos lados, la tristeza lo golpeó una vez mas.
Se dice que ellas partieron a la mañana siguiente, se dice también que Ingenious, logró calar en el corazón de Luna y ellas volvieron luego de un tiempo para instalarse en casa.
Pero hay algo que no se dice y yo te lo cuento:
Cuando ellas partieron, llegó la noche y ya de regreso en su cuarto, Ingenious, en medio del silencio de la noche logró escuchar unos latidos. Salían desde su mismísimo pecho. Si Eso mismo. Era su corazón, realmente nunca lo había perdido, nuca se hizo polvo. El corazón de Ingenious era fuerte, era grande. No lo vio por que no lo quiso, por que estaba tan lastimado que prefirió ignorarlo. Y esos latidos? Acaso le estaban diciendo que ya era hora de volver a usarlo??? Al escuchar a su corazón, una enorme sonrisa se dibujo en su rostro y esa noche encontró paz en sus sueños!!! como si estuviera durmiendo en la mismísima luna :)